lunes, 30 de marzo de 2009

No todos están en el cielo

Mañana tengo cita para realizarme una mamografía, la primera de revisión desde que me dijeron que sufría cáncer de mama. Regresaré a uno de los lugares donde sentí con más fuerza el miedo, cuando aún era incierto mi verdadero estado de salud.
Entonces lo viví con gran inquietud, me sentía vulnerable y débil. Lo llamé el pasillo del miedo. Era algún lugar entre dos salas de espera donde las mujeres aguardamos para saber si en nuestro pecho, tesoro de belleza, de placer y de vida, se esconde un enemigo letal.
Hoy quisiera volver con un mensaje de esperanza, de optimismo. Hoy me planteo cómo podría hacer llegar a mis compañeras en la sala de espera que se sale de esto, que aunque los tratamientos resultan duros se puede superar, que somos muchas las que seguimos plantando cara a la vida. Y, lo más importante, que no están solas. Porque todo un equipo de profesionales y voluntarios nos recuerda que “no todos los ángeles están en el cielo”.

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