jueves, 19 de febrero de 2009

Una infusión doble, por favor

Una de las cuestiones que se incorporan a tu vida cuando te diagnostican una enfermedad grave, son los nuevos términos, las pruebas que nunca antes habías oído y las máquinas cuya existencia no conocías.
Desde hace 10 meses, me conecto a una de esas máquinas cada 21 días. Es una caja cuadrada que da una impresión similar a la de los robots de cocina. Sí, esos en los que nos gastamos tanto dinero para que acaben mezclando polvo y abandono en algún rincón.
Esa caja abraza un gran bastón terminado en varias varillas, donde se cuelgan las bolsas de tratamiento. Para unos sueros, para nosotros quimioterapia, e imagino que para otros diversos tratamientos.
Desde ella, las enfermeras controlan la velocidad y el orden en que las bolsas se vierten sobre nuestras venas. Primero el suero, luego el líquido azul, luego el transparente, o el rojo, o la bolsa de papel plata. Un pitido, y el ritmo cambia a la orden táctil de nuestros ángeles de la guarda.
Pues bien, ayer me di cuenta de que apunta una chuleta en su lateral. Es una lista de funciones; ‘aviso a la enfermera’, ‘infusión sencilla’, ‘doble infusión’. Vamos, que llevaba yo meses buscándole el nombre al hecho en sí; que si ‘administración de quimio’, que si ‘perfusión’, que si ‘inyección’ ¡y resulta que se llama ‘infusión’! Pues para mí doble, por favor.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Mario vs pruebas y más pruebas

Mundo 1 del juego más famoso de las consolas de mano. Tengo que guiar al muñeco por un castillo, en busca de una princesa más alta, más guapa y más rica que él. He logrado un asiento en la sala de espera de la zona de ecografías de la Arrixaca. Botón A, botón Y, arriba, abajo, ¡salto! Y salto de verdad al ver salir a la enfermera. Consola, papeles y rebeca en mano me dispongo a informarle que tengo cita, mientras 2 hombres que llegaron antes que yo me miran con recelo.
“Siéntese y espere a que le llame”, yo obedezco, soy muy obediente, ya de nacimiento, aunque el cáncer me ha domado más aún. Me siento, botón Y, sigo haciendo saltar al bigotes bajito (que nadie se ofenda, por favor). Uuuuy, casi se cae en un pozo, ya lo he matado 5 veces, menos mal que el juego está trucado y no se acaba. Los dos hombres me siguen mirando. Seguro que pensaran eso de “tan mayorcita y con juegos de niños”. Eso es porque no saben cómo disfrutan los niños con estas cosas.
Botón x, tiene que saltar, otra vez, y ahora sí, se ha caído. Pero yo no, me llaman, me levanto para entrar, pasando por delante de los dos hombres que me miraban. Ha sido breve, pero intenso. Yo he disfrutado con la espera ¿y ellos?

sábado, 7 de febrero de 2009

Una lección humana

Formo parte del 25% de los españoles que, según los datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica, se las tienen que ver con el cáncer. La cifra publicada ante la conmemoración hoy del Día Mundial de esta enfermedad, resulta demoledora.
Y es que, afirmar que 1 de cada 4 españoles va a verse sacudido por este terremoto y tendrá muchas probabilidades de curarse, o de morir en el intento, es decir que toda la sociedad española está abocada a sufrir por culpa del cáncer.
Porque ese español de cada 4, a buen seguro tiene padres, hermanos, pareja, hijos, amigos, alguien a quien la sacudida del diagnóstico va a alcanzar inevitablemente, removiendo todo el entorno.
Así las cosas, me temo que volvemos a vernos unidos por un destino, ‘cruel y canalla’, en torno a la conmemoración de esta fecha. Porque si las previsiones se cumplen, el titular debería ser “El cáncer sacude a toda la población española”.
Ante esto, me quedo con la frase de una oncóloga del Morales Meseguer, que contestaba así a un compañero periodista cuando le preguntaba ¿por qué oncología?. Ella contestó que había optado “por la lección humana que los enfermos nos dan a diario en las consultas”.
Y es que somos nosotros –con el cariño de los nuestros y la ayuda de la medicina actual- los que cambiamos las estadísticas, superamos las expectativas y plantamos cara a la muerte. Un cálido abrazo para todos los que están o ya han pasado por este trance.